¿Te cuesta ceñirte a tu plan de comer sano más allá del miércoles a mediodía? Es difícil mantenerse fuerte si no estás preparado o si no tienes como hábito.

1. Crea un menú

¡Esta es la mejor parte! Si te encanta planificar y hacer listas, puedes planificar prácticamente todas las comidas que vas a tomar durante la semana. Si esto te resulta totalmente ajeno, intenta pensar qué vas a tomar para cenar o para comer cada día y cíñete a ello. Esta es una gran oportunidad para leer libros de recetas, cotillear tus cuentas sanas favoritas de Instagram y entrar en Pinterest.

2. Ponte a comprar

Baja al supermercado y ponte a comprar, dispuesto a crear todas esas comidas que acabas de planificar. ¡Otra opción es hacer la compra online para asegurarte de que no caes en la tentación de comprar caprichos u ofertas innecesarias! ‌ ‌

3. Prepara la comida

Los domingos son el mejor día para preparar tus comidas. No tienes por qué preparar todas las comidas de la semana a menos que creas que te ayudará a mantenerte firme. Intenta hacer la comida para los próximos tres días y el miércoles, prepara otra cosa que te dure hasta el viernes. ‌ ‌

4. Trocea sin parar

Trocea todas las verduras para tus ensaladas y cenas y guárdalas en recipientes herméticos en la nevera, así podrás echarlas a la sartén directamente cuando lo necesites. Esto reducirá aún más el tiempo que pasas preparando la comida. ‌ ‌ ‌

5. Planifica tu ropa

Bueno, igual tu ropa no, pero prepara una bolsa con la ropa del gimnasio por cada día de la semana que tengas pensado ir. Guárdalas en alguna parte donde te resulte fácil cogerlas: cuando las cosas resultan sencillas nos motivamos más.

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