Seamos sinceros: a todo el mundo le gustaría tener más pasta que gastar. Lo importante aquí no es el dinero, sino las experiencias y la libertad que se derivan de tenerlo. Por lo general, las reglas del ahorro no distan mucho de la entrada en la edad adulta: las circunstancias pueden variar mucho pero lo básico sigue siendo igual.
1. Regístralo todo
Esta regla es fundamental: es muy difícil ahorrar sin saber cuánto gastaste el mes pasado, o la semana pasada. Es lo que mejor me funciona: registra todas las cosas en las que te gastes dinero, así te resultará fácil saber qué estás haciendo bien o mal, contar con una cifra precisa de tus gastos y ver cómo puedes ahorrar.
La clave:
Hazlo cada vez que pagues algo. Recuerda que las pequeñas cosas van sumando con el tiempo.
2. Márcate un presupuesto
En serio, hazlo. Esta es importante, y va unida a lo de registrarlo todo. Aunque podrías hacer 15 presupuestos para distintas categorías de gasto, es mejor que no lo hagas porque perderás el interés: empieza por algo sencillo como un presupuesto único para el gasto mensual total.
Haciendo un seguimiento de lo que gastas puedes marcarte un presupuesto realista: asegúrate de añadir cualquier pago recurrente (si es posible, calcula tus facturas de forma mensual) y esfuérzate por respetarlo. Cada mes podrás reducirlo ligeramente a medida que te vayas acostumbrando a planificar tus gastos.
La vida tiene altibajos, así que si te controlas mes a mes empezarás a ver lo bien que te va. No siempre podrás ceñirte a tu presupuesto, pero con el tiempo verás si lo estás haciendo bien o si tienes que replantearte tus gastos.
La clave:
Muy sencillo, sigue ahorrando. No abandones si tienes un mes complicado, ¡a veces es inevitable!
3. Replantéate tu forma de ver el dinero
La primera vez que argumenté esta idea, fue toda una revelación. Sin duda, 2016 fue un año de revelaciones.
Cuando gastas dinero, lo que realmente estás gastando son las horas de tu vida empleadas en ganar ese dinero. Cuanto más gastes, más tendrás que trabajar para mantener ese nivel de vida. Si lo piensas a largo plazo, es una reflexión muy aleccionadora: ¿quieres ser libre o quieres trabajar y trabajar?
Cuando piensas en el dinero que gastas en términos de tiempo, te ayuda a darle perspectiva a tus compras. Es mejor llenar tu vida de cosas que te gustan, no de cosas que compraste porque eran prácticas. Puedes ganar más dinero, pero no puedes ganar más tiempo... Ya te he dicho que iba a ser duro, ¡lo siento!
La clave:
Gastar dinero es gastar un tiempo que nunca podrás recuperar, así que más vale que merezca la pena.
4. Márcate objetivos y sé sincero
Es muy sencillo, pero para intentar ahorrar hay que tener muy claro por qué lo haces. Si quieres viajar más, tenlo siempre presente. Si estás ahorrando para tener dinero para futuras aventuras lo agradecerás después si ahorras con tiempo.
Aviso: esto va a doler. Sé sincero, no te engañes diciendo que quieres ahorrar si luego no estás dispuesto a hacer un seguimiento de tus gastos o a hacer ningún cambio en tus hábitos. Si no lo haces, está claro que no has decidido que quieres ahorrar. Así que convéncete antes de nada.
La clave:
Usa objetivos a largo plazo para no perder la motivación. Si siempre estás gastando, después habrá cosas que no puedas hacer.
5. Gasta con menor frecuencia, compra mejor
Un consejo muy sencillo pero no siempre fácil de seguir. Piensa en las cosas que te gustan de verdad: un portátil fiable que te ha tenido entretenido cuando tuviste la gripe o en los días de lluvia o un vestido ideal con el que siempre recibes algún piropo. No todo es tan especial, así que trata de ser sincero sobre las cosas que realmente necesitas. Tómate un momento para despedirte de todos esos videojuegos a los que nunca has jugado o esas prendas que nunca te has puesto.
Pregúntate lo siguiente:
- ¿Tengo algo parecido?
- ¿Me encanta y aportará algo a mi vida?
- ¿Me lo estoy comprando por aburrimiento?
- ¿Podría ahorrar dinero ahora y comprar algo de mejor calidad más tarde?
La clave:
Sé sincero sobre los motivos que te llevan a comprar cosas.
6. Cosas frente a experiencias
Todo el que ahorra lo hace para algo más grande que el día a día. Hay mucho que decir acerca de gastar en experiencias en lugar de en cosas: puede aportar mucha felicidad y grandes experiencias a tu vida de una forma en la que no lo harán todos esos zapatos que tienes apilados en el armario.
Cuando ahorras dinero, lo haces para gastártelo en algo que te importa de verdad.
La clave: Ahorrar consiste en estar por encima de las tentaciones y los pequeños remordimientos del día a día.
Bueno, no ha sido tan malo, ¿no? Creo que hemos sobrevivido.
Recuerda que controlar tus gastos significa ahorrar para experiencias que te aporten algo: una vida sin estrés en la que las compras del día a día no impliquen posponer las vacaciones de tus sueños, la casa de tus sueños o tu próxima aventura.
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